¡Bravo, José!

Hacía algo más de un año que practica en silencio. Él, que supo codearse con las grandes luminarias de este deporte prefirió la paz de su Cardales adoptivo.

Desde luego que no aparecía como en el pasado en la página de los diarios ni tampoco en extensas notas de revistas especializadas.

Pero pocas semanas atrás hizo conocer sus deseos de participar en el Torneo de Maestros. Y, con una novedad: su hijo Marcos iba a ser el encargado de llevarle los palos durante la competencia.

Así, José Cóceres retornó al ruedo grande; sin ruido; casi con el mismo silencio de sus solitarias prácticas en Cardales. Y ganó de punta a punta. Frente a los mejores; ante un campo, el del Olivos Golf, tan amado por los jugadores pero a su vez tan implacable con aquellos que olvidan estar en uno de los mejores trazados del país.

José, desempolvó su talento natural, y emulando los mejores momentos de su historia nos hizo emocionar una vez más.

El eterno chaqueño de la respuesta espontánea y el corazón siempre generoso volvió a levantar sus brazos triunfantes en un escenario de golf, y ante un público que agradecía a través de la ovación este retorno tan esperado.

La PGA desea  felicitar en este espacio a nuestro colega y amigo. Por todo lo que él representa como golfista pero también en reconocimiento a la fidelidad incondicional que siempre ha tenido con la profesión y con sus convicciones.

En este caso, es oportuno recordar una frase de autor anónimo pero que cae justa para la ocasión: “el talento jamás desaparece; apenas se toma un descanso”.

Felicitaciones, y un muy grande ¡Bravo, José!

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