Se lanzó con un rotundo éxito la nueva propuesta de PGA para la promoción del golf

Los aficionados complacidos con este proyecto en dónde son principales destinatarios.

En el reciente Campeonato Argentino de Profesionales desarrollado en el San Isidro Golf,el Departamento de Instructores de PGA junto con el Centro Integral de Enseñanza y Capacitación (CIEC) han iniciado una nueva etapa en la promoción del golf.
Los instructores formaron un nutrido grupo de voluntarios con la finalidad de dictar clases gratuitas promoviendo al golf, como un deporte generador de oportunidades para todas las edades, y aptitudes físicas.
La iniciativa tuvo una recepción entusiasta por parte de los aficionados; a punto tal que algo más de setenta personas en un solo día tomaron clases con los distintos maestros abocados a la tarea docente.
Se pudo comprobar que la puesta en práctica del proyecto logró la finalidad buscada, y que no es otra que estrechar los vínculos con los golfistas aficionados, quienes encuentran en el seno de nuestra institución a los verdaderos instructores, adecuadamente formados en el difícil arte de la enseñanza del golf.
Asimismo, también aprovechando el imponente marco del Campeonato de Profesionales se desarrolló una clínica que contó con la presencia de más de trescientas personas.
Las figuras de Vicente Fernández, el “Gato” Romero y Sebastián Fernández garantizaron la calidad de la propuesta, que tuvo como cierre de fiesta la participación de los chicos que integran el primer Circuito de Intercountries del país, apadrinado por la PGA.
El público asistente quedó definitivamente maravillado por el enorme talento exhibido por los pequeños grandes jugadores.
Los chicos cuyas edades oscilaban entre los siete y nueve años motivaron el aplauso constante de la gente.
Representantes de Los Cardales yMaylin, entre otros clubes, nos deleitaron con sus habilidades.
Aunque la atracción de la tarde se centró en el pequeño Dylan Tobías Reales, flamante ganador del Torneo del diario La Nación, y habitante de la Villa 31.
Dylan, un día viendo ocasionalmente golf por televisión se dirigió al abuelo y le dijo: “Yo quiero jugar a eso”. Ahí empezó esta historia conmovedora encarnada por un pequeño de nueve años, quien a su corta edad nos da un ejemplo de templanza y deseos de superación.

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